Es uno de diciembre y comienza ya a refrescar por estas latitudes del hemisferio norte. A la vieja salamandra le ha llegado su hora. Vuelven las reposadas tertulias al calor de la leña.
Mitad serpiente, mitad dragón, la legendaria salamandra era considerada en mitología como espíritu elemental del fuego. Ella lo producía; ella lo manejaba. Evocando a esta temible figura se bautizó a un tipo de estufa de combustión lenta inventada en 1883 por el ingeniero francés M. Edmond Philibert Caboche.
Nuestra vieja salamandra es también francesa; de la firma Deville & Cie de Charleville. Y andará cercana al siglo de vida, si atendemos a su decoración art decó y al deterioro causado por el uso y el paso del tiempo. Pero cada año vuelve a despertar de su letargo estival y a lanzar sus temibles llamaradas de fuego.
Llamas inquietas, restellantes, crepitantes. Llamas que hipnotizan y detienen el tiempo. Con el frío llega una época de tranquilos paseos por el bosque, entre la niebla, en busca de piñas y ramas con que saciar el apetito de la vieja salamandra. Vuelven las reposadas tertulias al calor de la leña.
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3 comentarios:
Que maravilla de estufa, no ha perdido su encanto con el paso de los años.
Saludos.
No ha perdido el encanto, no, aunque no le vendría mal una pequeña restauración. Está pidiendo a gritos que le cambiemos la plancha de mica, y el esmalte de la ventana está muy deteriorado. ¡¡Pero funciona estupendamente!!
Saludos!
Quiero saber como hacen para evitar que el humo salga por las aristas? Quê le ponen?
Quê materiales usan para que se conserve tan bien, como contrarestan el oxido que suele producirse?
Si usan alguna pintura ¿cuâl ês?
Que sigan disfrutando del fuego.
Muchas gracias.
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