En nuestra casa la pasta la hemos comprado tradicionalmente en Francia, donde si respetan la nomenclatura italiana. Por esa razón llamamos fusilli a los fusilli, y no espirales, tornillos, tirabuzones, hélices o vaya usted a saber cómo.
De todas formas, se use el nombre que se use, lo importante es saber que los fusilli, al igual que el resto de pasta rizada u ondulada están especialmente indicados para platos con salsas. Y de eso va precisamente la receta de hoy.
Ingredientes para 4 personas
• 400 gramos de fusilli
• 400 gramos de espinacas congeladas
• 4 cebollas
• 200 gramos de queso Gorgonzola
• 125 mililitros de nata líquida para cocinar
• 1 vaso de vino blanco
• aceite de oliva
• sal
• pimienta
• nuez moscada
Preparación
1. Pelar y trocear las cebollas. Ponerlas a pochar en una sartén, con el aceite de oliva.
2. Añadir las espinacas y rehogar a fuego lento durante 10 minutos, tapado pero removiendo de vez en cuando.
3. Añadir el vino blanco, la nata líquida y la mitad del queso Gorgonzola, sazonar con sal, pimienta y nuez moscada y triturarlo todo con la batidora.
4. Cocer la pasta en abundante agua con sal. Recordad que el agua sin sal tarda menos en llegar al punto de ebullición, por lo que es recomendable no añadir la sal hasta que el agua haya empezado a hervir. Cuando esté al dente, sacar y escurrir.
Y ¡ya está! Tan sólo resta servir los fusilli con la salsa por encima y adornados con el resto del queso en dados.
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