Todo reluce en un práctico y original edificio que se adapta de manera espectacular al inclinado terreno. Así, la planta de acceso al edificio, considerada planta baja de la fachada sur, es la quinta planta de la fachada norte. Ahí comenzamos nuestra visita al BCC, descendiendo uno a uno sus distintos niveles.
José Luis Galiana, director de comunicación del BCC y nuestro guía en esta visita, nos explicó que el mayor éxito de este centro radica en haber elevado a rango universitario unos estudios que hasta la fecha estaban clasificados como Formación Profesional. Los alumnos de esta facultad de ciencias gastronómicas saldrán graduados en Gastronomía y Artes Culinarias.
Aprenderán a cocinar, por supuesto, pero también adquirirán conocimientos científicos y empresariales, equiparándose así a otras carreras universitarias. Serán cuatro intensos años de preparación en los que pasarán 100 alumnos por curso; 400 en total.
Comenzamos nuestra visita por el restaurante, que aún no está abierto al público. Y ahí habríamos de terminarla también, con una degustación preparada por unos alumnos que apenas llevan un mes de estudios. Dentro de un par de años, cuando estos chicos y chicas estén más preparados, se abrirá un segundo restaurante en el que podrán degustarse creaciones propias de los alumnos.
La visita continuó recorriendo una a una todas las instalaciones: cocinas, aulas de formación, aula de análisis sensorial, laboratorios, cabinas de cata, cámaras frigoríficas, muelles de recepción de género... ¡Y un estudio de fotografía que ya me gustaría a mí tenerlo!
Dispone también de un auditorio con capacidad para 200 personas (equipado para show cooking, con su propia cocina auxiliar), una biblioteca...
...cocina para gran producción...
...y talleres especializados en carne, pescado, panadería, repostería, cocción... y ¡verdura! donde los alumnos aprenderán a conocer las verduras, limpiarlas, cortarlas... ¡Lastima no haber contado con esta Facultad de Ciencias Gastronómicas hace 20 años!
La visita terminó donde había comenzado: en el restaurante, donde nos ofrecieron el siguiente menú:
• Jamón y Lomo Ibérico alta Expresión
• Ostras al natural
• Ensalada de foie y jamón de pato
• Crema de Calabaza
• Porrusalda ahumada con taco de bacalao confitado
• Pizza de hongos Boletus Edulis y lascas de queso Idiazabal
• Merluza en salsa verde con almejas
• Carrilleras de cerdo Ibérico guisadas con Parmentier y pipas de girasol
• Degustación de quesos
• Sable Bretón cremoso de chocolate
• Creme de vainilla carameliza
• Jugo de frutos rojos con helado de Yogurt
Si tenéis la oportunidad de visitar el BCC no la dejéis pasar.
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