Estas últimas semanas están siendo semanas de fresas en la Embajada (aprovechamos ahora que están de temporada y a buen precio). Pero a veces nos encontramos con sorpresas desagradables, como estas fresas de la foto que venían escondidas en un envase de medio kilo.
Los envases actuales vienen preparados para que la fresa se conserve en las mejores condiciones posibles pero, aún así, su vida no va mucho más allá de los cinco días (máximo siete). La fresa tiene una vida muy corta tras su recolección, al verse alterada por la acción del hongo Botrytis cinerea (moho gris), que crece rápidamente, reblandeciendo el producto. Aquí os van un par de consejos para dificultar su propagación.
El primero de ellos consiste en lavar las fresas. En principio podría parecer contraproducente el uso del agua, pues es bien sabido que los hongos proliferan en ambientes húmedos, pero está demostrado que si lavamos (y secamos luego bien) las fresas, permanecerán libres de moho durante más días que si no lo hacemos.
Y el consejo para alargar aún más la vida de las fresas es el uso del calor, consejo que también podría extrañarnos, pues los ambientes cálidos favorecen la descomposición. Pero hay que tener en cuenta que las esporas del moho son sensibles al calor y algunas se destruyen a temperaturas no excesivamente elevadas. Así que nuestro consejo en este caso consiste en sumergir las fresas durante unos 30 segundos en un recipiente con agua caliente del grifo (50 o 55º C) y secarlas luego bien. No es recomendable escaldarlas en temperaturas elevadas, pues ello afectaría a su textura.
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2 comentarios:
Gracias por el consejo, la verdad, excelente.
Saludos
Muchas gracias por tu consejo pues como bien dices a esta altura de temporada de las fresas, tienen ese problema...por encima parecen sanas pero después te llevas la sorpresa.
Un beso y una buena tarde.
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